Entrevista a Giuliana Gaccia, directora de la Asociación Origen - Vanguardia Cambio Cultural.
El pasado 15 de mayo se celebró el Día Internacional de la Familia. En esta fecha se conmemora la familia como institución básica de la sociedad, la cual es una pieza fundamental en la educación de los niños y adolescentes. Para hablar de ello, entrevistamos a Giuliana Caccia, madre de dos hijos, comunicadora, directora de la Asociación Origen - Vanguardia Cambio Cultural, con una maestría en Matrimonio y Familia; y quien recientemente ha publicado dos libros de la serie “Educación en Serio”.
Giuliana lleva 12 años dedicada a la promoción y defensa del derecho de los padres a ser los primeros educadores en moral de sus hijos. Fue a partir del nacimiento de su primera hija que empezó a investigar sobre temas de educación de niños a nivel familiar. Y en el anhelo de compartir lo que iba aprendiendo, comenzó a escribir un blog llamado “La Mamá Oca”, publicó su primer libro y empezó a dar charlas relacionadas al tema. En las siguientes líneas exponemos sus reflexiones.
El rol de la familia
Todos sabemos que la familia es clave en la educación de los hijos. Giuliana nos dice que, si bien esa afirmación es cierta, el papel de la familia va más allá. “La frase ‘eso viene de casa’ describe el rol de la familia.”, nos comenta. Para ella, todo el ataque que existe contra los buenos valores se debe a que hay familias debilitadas, y a que “los padres se han creído el cuento que ellos no tienen nada que hacer. Por ejemplo, la corrupción es un problema de casa”. Añade, “la familia hoy, si vemos tanta crisis a nivel de vidas individuales, de desarrollo vital en generaciones jóvenes y no tan jóvenes, es porque precisamente las familias se han creído el cuento de que no son importantes.”
Relación entre padres y docentes
Giuliana considera que ambos, padres y docentes, deben saber que son parte de un mismo equipo. Señala que un gran número de padres cree importante que sus hijos estudien en colegios con un buen nivel académico; sin embargo, están sacrificando la formación humanista por una formación técnica, que a la larga será obsoleta. Nos dice, “creo que la mejor manera para nosotros poder formar seres humanos sólidos a nivel humanista tiene que ir de la mano con un colegio que comparta contigo esos valores”.
Además, señala que es primordial estar atentos al contenido que los niños reciben de los profesores y mantener una buena comunicación con ellos. Si bien, la presencia de los padres siempre es esencial, conforme los hijos van creciendo dicha presencia se vuelve más un acompañamiento. Por otra parte, Giuliana menciona que la imagen de los padres debe estar centrada en la coherencia entre lo que se predica y se realiza. “Eso educa mucho más que solo hablar, todos los padres estamos en algún momento a prueba por nuestros propios hijos, ahí es donde la coherencia entra”, añade. Aquí, ella enfatiza que los padres deben tener la formación suficiente para responder preguntas relacionadas a temas políticos, humanistas y antropológicos.
El “boom” de la Inteligencia Artificial
Sobre el uso del ya bien conocido ChatGPT y las alertas que ha despertado por el gran conocimiento que este ofrece en cuestión de segundos, Giuliana afirma que hay que aspirar a un conocimiento honesto, nacido del propio esfuerzo. “Siempre existió el plagio y la posibilidad de ser un mediocre. Lo que tú tienes que educar en tus hijos es un hambre por el conocimiento, por el saber. Si tu enamoras a tus hijos del saber, del pensar, no importa la inteligencia artificial”.
¿Valores o virtudes?
Giuliana precisa que existe una diferencia en tales términos. Los valores son los principios que rigen el actuar de una persona, los cuales no necesariamente son positivos. “Para ti el valor en tu vida puede ser el dinero, y puedes ser una persona muy virtuosa porque eres ordenada, trabajadora. La gente confunde la educación en valores, pero ¿en qué valores?”, nos aclara. Por el contrario, las virtudes son “hábitos operativos positivos que te hacen mejor persona”. Añade, “cada virtud tiene dos antivirtudes, lo opuesto que es el desorden y lo extremo que es ser una maniática del orden, en ambos casos no permite una convivencia sana con otros”.
Tutores, ¿cómo cultivar las virtudes?
Giuliana afirma que la clave para que los tutores puedan cultivar las virtudes en sus estudiantes es que ellos puedan cultivarlas primero en sus propias vidas, porque “la herramienta educativa más poderosa es el ejemplo”, asegura. Sumado a ello, considera que es vital la exigencia, que no es sinónimo de violencia o abuso de autoridad.
Asimismo, indica que “el profesor debe ser el primero que conoce y transmite conocimiento de su área”. Para ello, debe inculcar en sus alumnos que “el verdadero conocimiento, el firme, el que es honesto, exige esfuerzo, dedicación, concentración, sudor”. Ella agrega que “no es responsabilidad del profesor la formación completa de este chico porque pasa por su vida una vez, la responsabilidad inicial es de los padres”. Por lo tanto, la tarea del docente debe ser acompañar a los estudiantes, transmitir conocimiento, identificar problemas y sacar lo mejor de cada chico, pero resalta que “la formación de virtudes va de manos de la casa.”
Finalmente, Giuliana nos comentó sobre sus últimos dos libros titulados «Mamá y Papá: Formando una familia» y «Reflexiones para formar hijos felices», ambos de la colección ‘Educación en serio”. “Busco transmitir, a través de experiencias cotidianas propias, cómo se pueden plasmar en lo práctico las cuestiones de fondo, porque sí, creo que [los libros] tienen cuestiones de fondo: virtudes, vida en familia, tiempo familiar”, concluye.
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